Me relajé, cerré los ojos y me imaginé ahí, en la clase de ballet, mi mano izquierda sujetando la segunda barra, mi brazo derecho moviéndose al compás de la segunda posición; mis pies haciendo lo que saben hacer y mi corazón sintiendo cosas nuevas en cada movimiento que hacia mi cuerpo. La piel se me erizaba, los músculos se me contrían, mi cuerpo muy rígido, rígido como el porte de una bailarina pero sintiendo cosas inexplicables, mis oídos deleitándose con la música y en el espejo, mi reflejo, el reflejo de esa niña amante de su danza clásica.
Pero, ¿para qué hablarles de nuevo sobre el ballet? Pareciera que el GRAN DESTINO quiso que recordara aún más mi pasión y le dijo a Sergio (el profesor de la materia, a quien no le gusta que le digan profesor) que pusiera una de mis canciones favoritas, esa canción con la que siempre que mi vida no giraba como yo quería o cuando tenía todos los problemas del mundo encima de mis hombros, la ponía y me olvidaba de todo por un rato, no importaba si improvisaba algunos pasos o sólo me acostaba en la duela del salón para escucharla y calmarme, diciéndome: "todo pasa por algo", "estás viviendo esto porque la vida quiere poner a prueba tu fortaleza", etc.
Y esta es la parte en la que TE RETO a que le des PLAY al video, te acomodes, te relajes, cierres los ojos y dejes que tu mente viaje, siente esa conexión que él a partir de mover sus dedos sobre el piano con una sincronía maravillosa CREA en ti.
Comenta tu experiencia, así como yo te compartí la mía, me hará bien saber qué fue lo que pasó por tu mente, qué emoción te movió, etc.
Comenta tu experiencia, así como yo te compartí la mía, me hará bien saber qué fue lo que pasó por tu mente, qué emoción te movió, etc.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario